Señor Presidente, mal ejemplo su gobierno parecía ser diferente


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El presidente Pérez dio un ejemplo de no respeto a las normas y a las leyes. Irrelevante de cualquier consideración, el Presidente prefirió forzar la permanencia que dejar sin efecto el nombramiento del Ministro de Salud. Una decisión política que tendrá un costo y una repercusión en el sistema de justicia y por ende en la seguridad ciudadana.

Alfonso Carrillo M.
alfonso.carrillo@meimportaguate.org


¿Cómo puede exigirse a otros funcionarios o a los ciudadanos el cumplimiento de la ley si el primero que la incumple es el Presidente? Muchos guatemaltecos hemos depositado su esperanza en el presidente Otto Pérez, quien ahora, debe reflexionar cómo manejar la cosa pública y el cumplimiento de la ley. El nombramiento del doctor Villavicencio es un resbalón que nunca debió suceder. Ahora al menos puede ser la fuente de aprendizaje para el gobernante de quien tantos esperan un cambio positivo para el país.

Para establecer el orden y la seguridad se requiere como primer paso el respeto de la ley y que funcione el sistema de justicia. Si al igual que presidentes anteriores, el general Pérez no respeta la ley, el cambio no se dará.

La convivencia pacífica y progresista de los ciudadanos de un país civilizado está directamente relacionada con el respeto y cumplimiento de las reglas y normas que el órgano competente ha puesto en vigor.

Una persona que desea vivir en un lugar debe comprender que en cada lugar hay normas y reglas que respetar y que regulan la convivencia.

Hoy uno se pregunta cuáles son las reglas vigentes de hecho en el país. ¿Es permitida la corrupción y el tráfico de influencias? ¿Si me asaltan o me roban el carro, los responsables son rápidamente capturados y castigados? ¿Las contrataciones que celebra el Estado son con total transparencia o se utilizan otros mecanismos para ejecutar “fácilmente”? ¿Los jueces siempre aplican la ley e imparten justicia o algunos jueces hacen favores a sus amigos o acomodan la ley? ¿Los funcionarios que elige el Congreso y el Presidente se hacen atendiendo a la honorabilidad, honradez e idoneidad de los candidatos o no? Contestar estas preguntas y muchas más nos lleva a la conclusión de que lo que es la regla es hacer cosas distintas de lo que dice la ley.

Sin ir muy lejos la Constitución dispone que es deber del estado garantizarle a los habitantes de la República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona. Tristemente, lo que dice la Constitución es lírico. No se garantiza en general la vida, la libertad de acción, la justicia, ni la seguridad, ni la paz y menos aún el desarrollo de la persona. Es derecho de todos y cada uno de los guatemaltecos de exigir al Estado el cumplimiento de sus deberes.

Si a una persona la nombran Ministro aún en infracción de la ley pero el Presidente quiere que se sostenga y entonces las instituciones de repente se mueven para subsanar todo lo que sea necesario, entonces la regla es que si uno es allegado al Presidente y éste desea sostenerlo, su deseo será suficiente para que el entorno haga lo necesario para satisfacer los deseos presidenciales.  Este evento es contrario a los deseos constitucionales.

La seguridad es un término muy amplio que abarca la seguridad física como la seguridad o certidumbre de lo que tengo derecho.

La seguridad de que si alguien afecta ilegalmente mi libertad de hacer, tendré el derecho a la justicia pronta para poder ejercer mi libertad, estar seguro de lo que tengo derecho y vivir en paz. Los países civilizados tienen muchos problemas pero en general le dan certidumbre y seguridad al habitante, lo que le permite vivir en paz y tener un desarrollo cierto.

En países civilizados, basta que exista duda sobre un funcionario, para que estos de inmediato se excusen públicamente mientras se aclara el punto o simplemente renuncien, todo por el bien de la causa, la transparencia, el solidificar la institucionalidad.

Si un gobernante va a nombrar a un funcionario y hay evidencia suficiente para cuestionar su nombramiento, simplemente no se nombra.

Por ejemplos como los del presidente, en este país el Congreso ha nombrado a ciertos cargos a funcionarios que no cumplían con las normas fundamentales para ser nombrados. Presidente, le exhorto a la reflexión, usted quiere el orden y la justicia, lo primero es el respeto a la ley y que la justicia se imparta. Sin esto, lograr la seguridad no es posible.