¿Convendría que la Corte de La Haya zanje en equidad nuestro diferendo con Belice?


El Acuerdo Especial celebrado por Guatemala y Belice en 2008 para que la Corte Internacional de Justicia falle el diferendo entre los dos países contempla un fallo basado en derecho, no en equidad.

Roberto Lavalle
Doctor en Derecho


Guatemala ha abandonado así la posición que tomó en 1947, cuando consintió en que dicha Corte fallara ese diferendo, pero en equidad (ex aequo et  bono), como lo permite el Estatuto de la Corte si (pero sólo si) las dos partes en un caso así lo acuerdan.
 
Nuestros juristas tienden a criticar al citado Acuerdo Especial por no contemplar un fallo en equidad.

Por razones expuestas en un libro que he publicado este año, espero que en la consulta popular que ha de celebrarse en octubre de 2013 no se apruebe dicho Acuerdo Especial.

 Pero el que el fallo de la Corte sea dictado no en equidad sino en derecho no me lleva a oponerme al  Acuerdo Especial.  ¿Por qué?

 En primer lugar porque el uso de la equidad por la Corte necesariamente resulta muy peligroso (por cuya razón ningún caso sometido a ella, o a su predecesora, la Corte Permanente, ha sido fallado en equidad).  Ello se debe a que la equidad es comparable a una receta de cocina que no indique los ingredientes que ha de utilizar el cocinero.  Es así como un miembro de la Corte ha comparado la equidad con el clima en La Haya, mientras que según otro su uso es a ojo de buen cubero.
 
En su obra “La Controversia sobre el Territorio de Belice y el Procedimiento Ex-Aequo et Bono”, publicada en 1958, Carlos García Bauer enumera, entre los factores a tener en cuenta si la Corte juzgara el diferendo en equidad, “la voluntad de los habitantes de Belice” (página 154).   ¿Qué tal nos iría ahora si la Corte, fallando en equidad nuestro diferendo, tuviera en cuenta ese factor?  Cabe agregar que, si fallara en equidad, bien pudieran los jueces estimar que también debe tomarse en cuenta el que el índice de desarrollo humano de Naciones Unidas coloca a Guatemala bastante por debajo de Belice (posiciones 131 y 93, respectivamente).  ¿No puede en efecto considerarse contrario a la equidad que, si Guatemala gana, habitantes de Belice que no quieran desplazarse tengan que conformarse con una calidad de vida inferior?
 
De modo que con la equidad bien pudiera salirnos el tiro por la culata.