Una nave de suministro de una empresa privada que debía ser lanzada rumbo a la estación espacial internacional en órbita permaneció en Tierra el sábado después que problemas en el cohete impulsor obligaron a abortar a último momento el vuelo histórico.
Los nueve motores del cohete SpaceX Falcon 9 se encendieron el sábado por la mañana. Pero cuando apenas faltaba medio segundo para el despegue, las computadoras de a bordo cerraron todo automáticamente. Por eso, en vez de partir rumbo al espacio, el cohete se quedó en la plataforma de lanzamiento rodeado por el humo del escape del motor.
Aun el comentarista más avezado de la NASA fue tomado por sorpresa.
«Tres, dos, uno, cero y lanzamiento», anunció el comentarista George Diller. Inmediatamente se corrigió: «Abortó. No hubo despegue».
La presidenta de SpaceX, Gwynne Shotwell, dijo que la presión en la cámara de alta combustión del motor número 5 era la causa y que los técnicos la inspeccionarían durante el día. Si hace falta reemplazar el motor, hay otro de repuesto.
Mañana es el primer día en que SpaceX puede repetir la prueba para tratar de enviar la cápsula Dragon cargada de alimentos y suministros. La empresa con sede en California -conocida como Space Exploration Technologies Corp.- buscará aprovechar cada día posible para ahorrar combustible en caso de problemas de acoplamiento con la estación espacial. El miércoles también es posible.
Fue el primer intento de lanzamiento de una de las varias empresas privadas estadounidenses que esperan poder enviar carga y después astronautas a la estación espacial para la NASA. Hasta ahora, solo gobiernos se han encargado de esa misión: Estados Unidos, Rusia, Japón y un consorcio europeo.
La NASA busca que el sector privado, en esta era posterior a los transbordadores, permita que los astronautas estadounidenses partan al espacio desde el país. Dirigentes de SpaceX dijeron que eso podría ocurrir ya en unos tres o cuatro años. Hay otras empresas competidoras.
Un reportero le preguntó a Shotwell si consideraba un fracaso el incidente del sábado.
«No es un fracaso», aseguró. «Abortamos por un motivo. Sería un fracaso si hubiésemos partido con un motor en esas condiciones». Agregó que el sistema hizo lo que debía hacer.