Los restos mortales de Carlos Fuentes serán cremados y sus cenizas trasladadas a París para que reposen junto a los dos hijos de su matrimonio con Silvia Lemus.
Cientos de personas se reunieron afuera del Palacio de las Bellas Artes un día después de la muerte inesperada de Fuentes a sus 83 años por una hemorragia causada por la ruptura de una úlcera. Decenas de amigos, entre ellos escritores y el presidente mexicano y otros políticos de México consolaron a la esposa y familia del elegante escritor.
La esposa del prolífico novelista informó que es esa su voluntad porque en París «vivimos el primer año de vida en común. Y ahí nació Carlos Fuentes Lemus», el primer hijo de la pareja que murió en 1999. La hija, Natasha, falleció en 2005.
La viuda del galardonado novelista, que en sus obras describió la fallida lucha social de una nación, comentó después de un homenaje al escritor al que acudieron ayer personalidades políticas, celebridades, académicos y amigos en el Palacio de Bellas Artes, una imponente construcción de mármol con exquisitos decorados erigida en el centro la capital mexicana.
Lemus contó a periodistas que en la intimidad Fuentes solía llamarla «Güerita», la palabra que los mexicanos usan para referirse a las personas rubias, y estimó que el más valioso homenaje que le pueden hacer al autor es que lean sus obras. «Que siempre haya un nuevo lector», manifestó.
Algunos lloraron silenciosamente cerca del ataúd, otras personas colocaron mensajes, libros y flores después del homenaje. Afuera del palacio, otros aplaudían y gritaban «Carlos» y «Bravo».
Eduardo Ruiz, de 40 años, fue una de las alrededor de 500 personas que llegaron al palacio para despedir a Fuentes. Exhibía una cartulina que leía «Carlos, amigo, el pueblo está contigo».
«Se dio a querer en el pueblo mexicano. Fue una persona bastante sincera», dijo Ruiz.
El mandatario Felipe Calderón, uno de los asistentes a la ceremonia, consideró a Fuentes «gran protagonista» del boom latinoamericano que lo unió a otros grandes literatos como el colombiano Gabriel García Márquez, el peruano Mario Vargas Llosa y el argentino Julio Cortázar. Lo llamó «uno de los más grandes escritores mexicanos de todos los tiempos».
«Ni sus pensamientos ni sus libros ni su crítica morirán jamás», se despidió Calderón. «Carlos Fuentes vivirá en sus obras en su palabra en varias generaciones de mexicanos. Carlos Fuentes ha muerto para ser amado más».
Al tributo del autor de novelas icónicas como «Aura», «La Muerte de Artemio Cruz» y «Terra Nostra», asistieron escritores como Elena Poniatowska, Laura Esquivel, Héctor Aguilar Camín y Federico Reyes Heroles.
El escritor Federico Reyes Heroles calificó a Fuentes como un «gran conversador» y «laborioso» escritor.
«Fuentes era un gran seductor que atrapaba con un solo instrumento: la palabra», dijo Reyes Heroles ante los asistentes, entre ellos su viuda y Cecilia Fuentes Macedo, hija que procreó con la actriz Rita Macedo.
Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, llamó a Fuentes un «escritor irrepetible» que resuena «en todos los rincones del mundo» y quien le dio la misma atención a los autores clásicos que a los jóvenes literatos.
Fuentes escribió más de 20 novelas, además de obras de teatro, libros de cuentos, guiones de cine y muchos ensayos, columnas de opinión y críticas literarias.
Aunque se especuló alguna vez que podría ser merecedor del premio Nobel de Literatura, nunca lo ganó, pero fue galardonado con el Premio Rómulo Gallegos en 1977, el Cervantes en 1987, y en el 1994 con el Príncipe de Asturias.
Ante el féretro del escritor, cubierto por una bandera de México, Sáizar dijo que Fuentes logró una obra en la cual «México reconoce grandes señas de identidad».
Cerca del ataúd se instaló una foto en blanco y negro de un risueño Fuentes.
El ataúd del también diplomático fue recibido entre aplausos en el recinto cultural, en cuyo vestíbulo habían sido colocadas algunas coronas de flores, entre ellas una que envió la presidenta argentina Cristina Fernández y otra de su editorial Alfaguara.
Laura Esquivel, autora de «Como agua para chocolate» novela publicada en 1989 y llevada al cine tres años después, dijo que Fuentes defendió su primera y exitosa novela cuando era fuertemente criticada.
«Fue generosísimo con los escritores que empezaban. Los leía, los promovía», dijo Esquivel a The Associated Press. «Hacía que todo mundo los fuéramos leyendo».
Obras inéditas
Dos obras inéditas del fallecido autor mexicano Carlos Fuentes verán la luz antes de finales de año, informó el miércoles la editorial española Alfaguara.
La primera será «Personas», que se publicará en julio. Se trata de un libro de memorias, en el que el escritor retrata diferentes personajes a los que conoció y que influyeron en su vida y en su obra, entre los que se encuentran el cineasta español Luis Buñuel, el presidente francés François Mitterrand y autores como Julio Cortázar y Pablo Neruda.
Poco después —en el último trimestre del año— verá la luz la novela «Federico en su balcón», en la que Fuentes plantea un diálogo con el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, dijo Alfaguara en un comunicado.
Fuentes falleció el martes en México de forma inesperada a causa de una hemorragia digestiva. Tenía 83 años.
El escritor y ensayista es considerado uno de los intelectuales mexicanos más influyentes dentro y fuera de sus fronteras.