Cronificación del miedo, carencia de imagen y personalidad propia, necesidad de incrementar el ego, entre otros, es el análisis que realiza Marco Antonio Garavito, psicólogo político y director de la Liga de Higiene Mental, hacia los diez candidatos presidenciables que compiten en la contienda electoral. En esta publicación resaltan Pérez Molina, Arzú, Torrebiarte, Gutiérrez y Suger.
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Con el afán de poder crear en el elector una postura crítica ante los candidatos y las propuestas que nos presentan en esta época electoral, se ha consultado al psicólogo Marco Antonio Garavito que, sin ninguna postura partidaria, ayuda a escudriñar a los aspirantes a la Presidencia y los intereses que los mueven para competir en esta difícil contienda.
Según Garavito, parte del perfil que deben tener los políticos es una salud mental deseable, tal como lo señala en las siguientes descripciones, que podrán ayudar al votante a poder identificar la postulación idónea para su criterio.
Uno de los aspectos requeridos en un político es el buen manejo de las emociones, ya que un ciudadano no puede elegir a un alcalde, diputado o presidente que evidencia poca capacidad de control emocional.
Por otro lado, el culto a la personalidad supone un rasgo de inanidad mental. “Lo que tenemos son grupos formados alrededor de un sujeto que responden a una cuestión de caudillosâ€.
Asimismo, también detecta que los llamados líderes políticos no tienen ideología y demuestran una falta de identidad. “Una persona mentalmente sana tiene una postura, la defiende y lucha por ella, algo que no vemos ahoraâ€, algo muy dañino ya que en un momento muestra una postura que no durará mucho, refiere.
Otto Pérez Molina
Partido Patriota
El experto opina que Otto Pérez Molina ha mantenido su mensaje y discurso por los últimos cuatro años, desde que participó en la anterior contienda electoral, por lo que intenta explotar dos factores importantes: el miedo y la subjetividad de la gente de esperar que aparezca el caudillo duro que salve al país de la incontrolable violencia.
«Lo que él intenta hacer a través de su imagen y de su discurso es aprovechar el fenómeno del miedo que está inserto en la sociedad guatemalteca», agrega, explicando que existe un fenómeno que en psicología se conoce como miedo cronificado, es decir, por una cuestión histórica, y ante los últimos sucesos, Guatemala es un pueblo con muchos temores.
«Para Pérez Molina una manera de poder acercarse al elector es remover ese miedo y lo hace a través del tema de la violencia, como se intentaba hacer en época de conflicto con el tema del comunismo», asevera.
El segundo factor, menciona, es que la sociedad se ha caracterizado por la intensa búsqueda por tener capataces, por lo que, a su juicio, Pérez Molina es el principal ejemplo de esa postura.
«Históricamente hemos estado acostumbrados a los dictadores y líderes fuertes, con personalidad autocrática y eso es lo que refleja Otto Pérez en su discurso», dice, por lo que la costumbre de la sociedad guatemalteca es tener a ese modelo de dirigente que se refleja en el hecho de la escuela en donde el estudiante no estudia por sí mismo, sino que está esperando que el maestro lo esté presionando para que lo haga.
«Otto Pérez Molina con su imagen, con su fuerza y con su discurso busca explotar esas dos rutas».
Eduardo Suger
Compromiso, Renovación y Orden
Para Garavito, Eduardo Suger representa claramente a sectores económicos importantes, por lo que trata de explotar su imagen de académico con un buen discurso, bastante centrado y junto a un análisis que impacta a ciudadanos que tienen vínculos directos con la academia.
Sin embargo, «Suger no ha logrado penetrar el ambiente rural y campesino del interior de la República» dice, ya que la educación para el sector campesino y rural es un ente lejano.
Para ejemplificar, un ente cercano sería el que da bolsas solidarias, pan y tortilla, por lo que la academia no tendría ningún significado para miles de personas que viven en este país.
En este sentido, «su discurso académico sí tiene impacto en algunas esferas pero no el suficiente como para que se plantee como una alternativa posible; en todo caso él entraría al juego político pero de cara a negociar segundas vueltas».
«Me parece válido el discurso que tiene Suger ya que es una persona de ciencia, pero no es algo que se refleja en su estructura partidaria. Es como el dicho que dice ‘una golondrina no hace el verano’ y creo que la ciudadanía percibe esto» indica.
A lo anterior, agrega que «Eduardo Suger se ve muy débil porque la coyuntura de este país tiene que ver con acciones de fuerza para resolver el tema de la violencia e inseguridad y Suger no es un perfil que a la gente le parezca atractivo para ese propósito que es casi común en todos».
A lo que resalta la falta de educación política que caracteriza a esta sociedad, «claro, la imagen de Suger y su mesura trae ciertos adeptos pero un gran conjunto no piensan que la academia va a resolver la violencia».
Juan Gutiérrez
Partido de Avanzada Nacional
Aunque Juan Gutiérrez resalta en su propaganda electoral como el único candidato que maneja su publicidad en lenguas mayas, el psicólogo insiste en que Gutiérrez es un desconocido en el ámbito político. «Como imagen política no existe».
«En todo caso existirá como una figura empresarial», pero a decir de Garavito, aunque Gutiérrez tenga una propuesta dirigida al sector rural e indígena, él no es capaz de captar votos en ese sector poblacional.
«Con lo anterior, está de más decir que Gutiérrez no es una figura representativa, no tiene ni tradición política, ni imagen política y mucho menos un discurso político», agrega
Por lo que parece no importar que Gutiérrez maneje un discurso basado en su experiencia en el campo «pero poniendo atención en cómo habla, más parece que representa a un funcionario de alguna entidad u organización empresarial o de agencia de cooperación, pero de ahí a que se vincule directamente en el campo es otra cosa».
«Me podría atrever a decir que el PAN de repente está entre los partidos que les cueste llegar al 4%; quizá se mantenga con una diputación pero lo que es el caso de Juan Gutiérrez, él no mantiene ninguna imagen en el interior de la República», opina.
Aunque Gutiérrez tenga un discurso diferenciado al tema de la violencia, que es el que maneja la mayoría, lamentablemente, el tema del trabajo para la población en general es secundario. “No es que no sea importante pero si nos damos cuenta, en todas las encuestas siempre encabezarán problemas como la inseguridad y violencia, tras de todo eso aparecerá la falta de empleo, la pobreza y demás».
Patricia de Arzú
Partido Unionista
Patricia de Arzú es un caso excepcional para Garavito, pues es fácil determinar que no tiene una imagen propia y todo lo que haga gira alrededor de su esposo, el alcalde ílvaro Arzú.
«En todo el proceso político de ílvaro Arzú, ella siempre fue una figura de segundo, tercer o hasta cuarto orden», menciona.
A los ojos del experto, De Arzú siempre ha optado por el rol tradicional de la mujer: «la esposa de la oligarquía, es la mujer de la casa, del hogar, etc., en el gobierno de su esposo, Patricia no pasó de ser esa figura protocolaria y decorativa».
Con la postulación de Patricia, «se vio al Partido Unionista con una gran necesidad de posicionarse, y como ílvaro no tuvo la oportunidad de reelegirse en la Presidencia, se optó por utilizar la figura de su esposa. En el país existe esa necesidad por cómo se juega la vida política en esta emergencia por las mujeres de optar a cargos públicos y no hay partido que se quede atrás», por lo que Patricia salta a la palestra, absolutamente vinculada con su esposo.
«En lo personal, valoro a Patricia de Arzú como un gran ser humano, es una persona muy sencilla y humilde, sin pretensiones; pero de eso a la vida política es otra cosa», asevera, resaltando la falta de discurso en la candidata, falta de imagen y concepción propia «casi es obligada a saltar como candidata presidencial».
A decir de Garavito, lo que refleja Patricia es una gran incomodidad, inseguridad y subordinación. «Lamento decir que saldrá muy dañada emocionalmente de esta contienda, por lo que no esperemos volverla a ver; lo que hicieron con Patricia es tirarla al ruedo sin que ella quisiera», finaliza.
Adela de Torrebiarte,
Acción de Desarollo Nacional
«Adela está simplemente por cuestión de ego y quiere fortalecerlo a través de ser una candidata», dice Garavito.
A lo que agrega que Adela no tiene opción ninguna de quedar en los primeros cinco, «con esto no quiero decir que no tenga las capacidades, porque es alguien preparada, pero no tiene la formación política ni la estructura partidaria para pensar en ella como una alternativa para hacer Gobierno».
Desde el tema de Madres Angustiadas se le ha catapultado como figura pública y luego de haber representado por poco tiempo al Ministerio de Gobernación, «sucede lo que le ha pasado a muchos funcionarios, que creen que por ser funcionarios ya tienen capacidad para hacer un partido y lanzarse a la presidencia».
«Lo que sucede es que Adela cree que como ya tuvo acción en un Ministerio ya tiene la suficiente fuerza, visión y formación como para armar un partido político y gobernar un país.».
En el caso de Torrebiarte, indica que ella sólo es una alternativa nada más para fortalecer su ego en la vida política y tener la posibilidad de negociar algún elemento desde los votos que pueda generar.
«A diferencia de Patricia de Arzú, Torrebiarte tiene una gran necesidad de figurar públicamente», menciona el experto y a pesar que pasó por Gobernación en un período muy corto, pasa en algunas entrevistas como experta en seguridad de este país, «con esto nos damos cuenta que ya creó el imaginario de que es una experta y casi siempre es con el mismo discurso».
«Me parece que ella está jugando más con esa imagen pública que le conviene tener, porque si uno medio desmenuza el partido político que tiene, no hay nadie atrás», asevera.
Marco Antonio Garavito
Liga de la Higiene Mental