La situación crítica –de casi siempre– en el Ministerio de Salud, parece estar en uno de sus peores momentos. Pero eso depende de cómo se mire.
Primero, porque si pasara más tiempo y las circunstancias continuaran en deterioro, entonces habría problema.
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Sin embargo -y esto es lo importante- pareciera que el nombramiento de Jorge Villavicencio como Ministro le está dando un giro a la cartera, a pesar de que haya señalamientos porque aún no cuenta con su finiquito, que según él está en trámite.
Este error –el del finiquito-, sin embargo, se le debe sumar al Presidente, quien dijo en algún momento que pediría a su Secretario General elaborar un reglamento para el efecto.
Por otro lado, la situación actual se podría considerar como uno de los periodos más injustos para la población, que a falta de recursos suficientes para recetarse médicos privados y comprarse medicina muy específica, irremediablemente tiene que recurrir a demandar los servicios que esa cartera presta con grandes carencias.
El nuevo Ministro, quien apenas lleva ocho días exactos en el cargo, ha tenido que pasar ya por varias agitaciones políticas y mediáticas a lo interno de la cartera.
A pesar de eso, en ese lapso, Villavicencio parece estar tomando decisiones correctas que a la larga deberían beneficiar en la mejora de la calidad de los servicios que se brinde a la población que lo requiera.
De esa cuenta, bien se dice que no hay mal que por bien no venga y esto aplica a la renovación de casi todo el despacho. Por tanto, sobre la llegada de William Sandoval como viceministro, instalado por Villavicencio como persona de su confianza, se debe hacer un par de anotaciones.
En ese sentido, algunas personas se han manifestado en contra de que sea un economista el que tome las riendas del área administrativa de esa cartera, aludiendo que cada quien se debería enfocar y trabajar en la actividad para la que se preparó.
Sin embargo, se debe poner énfasis mayúsculo en que mal se haría al tener siempre administrando los recursos del Estado a personas que se prepararon para examinar el cuerpo humano y recetar conforme a su diagnóstico.
Debido precisamente a esto, la inclusión de Sandoval en uno de los viceministerios del ente rector de Salud me parece una de las decisiones más atinadas que han tomado las nuevas autoridades de ese despacho; no solo porque el también profesor universitario conoce en detalle las condiciones en las que subsiste la mayoría de personas de este país, donde el aspecto de salud es un fuerte componente que afecta las condiciones de vida, sino porque también ha examinado de cerca la cartera. Y para administrar ese Ministerio, esto último es lo que hace falta.
Además, ha laborado en esa institución durante años, sobre todo en el área de recursos humanos, que la mayoría de veces es la que más problemas presenta, aparte del tema de medicamentos.
Es decir, que desde mi parecer, asignando recursos escasos y sacando el máximo provecho, que es parte de lo que los economistas saben hacer, Sandoval sabe dónde debería estar ubicada cada persona que labora para esa entidad, y según entiendo, contaría con las herramientas para hacerlo, pues he sabido que desde hace tiempo se han hecho estudios técnicos en esa cartera -que han quedado burlados- para reubicar a los trabajadores según sus competencias, y ahora más que nunca, deberían tomarse en cuenta.
Pero además, obviamente el Viceministro sabe que varios de esos puestos no se ganaron por méritos sino a dedazo y compadrazgo. Y es ese uno de los retos que Villavicencio y Sandoval tienen por delante y que seguramente les quitarán muchas horas de sueño.
Mucho ánimo, esfuerzo y paciencia.