Se dice de más de un profesor distraído que está en las nubes. Pero el microbiólogo Gary Franc, que enseña en la Universidad de Wyoming y que tiene los pies bien firmes sobre la tierra, ha concentrado toda su atención profesional en las nubes en busca de bacterias.
El profesor se ha pasado toda su carrera estudiando la patología vegetal y su incidencia sobre la producción de cultivos, pero ahora su investigación lo ha alejado de la tierra para enfocarse en el cielo.
Las bacterias específicas que busca, bacterias generadoras de hielo, contribuyen a que las gotitas de agua se congelen, y podrían desempeñar un papel en la precipitación e influir sobre las pautas climáticas.
Es un terreno de investigación que vuelve a concitar la atención de los expertos, aunque Franc ha estudiado durante décadas el papel de las bacterias en la atmósfera.
«Estoy seguro de que hay todo un ecosistema en el cielo que recién estamos advirtiendo», dijo al Laramie Boomerang http://bit.ly/KeTV7D ).
Las nubes están compuestas por gotas de agua microscópicas. Para que se precipiten, en la mayoría de los casos deben congelarse, lo que sucede cuando entran en contacto con una partícula, como una mota de polvo.
Algunas partículas de las nubes tienen un núcleo biológico, como bacterias, en el centro en vez de una pizca de polvo. Y algunas especies de bacterias incluso pueden hacer que las gotículas se congelen a temperaturas más templadas.
«Básicamente, estas bacterias tienen proteínas que alinean moléculas de agua que simulan la estructura cristalina del hielo», explicó Franc.
Su primer contacto con las bacterias generadoras de hielo ocurrió cuando era estudiante en la Universidad de Wisconsin en Madison en los años 70, cuando un estudiante avanzado efectuó una demostración en la clase de introducción a la patología de las plantas. El estudiante empezó con agua limpia y le agregó bacterias generadoras de hielo.
«El agua se congelaba instantáneamente y se convertía en hielo. Yo me pregunté qué presión evolutiva estaba en juego para causar que un organismo congelara el agua», dijo Franc.
Independientemente de la investigación en Wisconsin, un futuro profesor en la Universidad de Wyoming, Gabor Vali, efectuó un descubrimiento similar a mediados de los 60.
Franc, que se crió en una granja lechera y siempre se fascinó con las bacterias, continuó sus estudios en bacteriología y patología vegetal, hasta llegar a la Universidad de Colorado como investigador adjunto en los 80.
Siguió coleccionando muestras atmosféricas después de llegar a la Universidad de Wyoming en 1991 y trabajó en el Laboratorio Storm Peak en Steamboat Springs, Colorado, que se alza sobre el Monte Werner, a 3.200 metros (10.500) de altura, que permite a los científicos recoger muestras de nubes.