«Skyfall», la nueva película de James Bond, promete acción como siempre, exóticos escenarios, intrigas de villanos y mujeres bellas. Y para los seguidores de las novelas originales de Ian Fleming habrá más: una aventura a la atormentada mente del famoso espía.
Después de todo, el director del 23er filme de la franquicia, que tiene medio siglo de existencia, es Sam Mendes, cuyos trabajos fílmicos de personajes con tormentos emocionales e incluso colapsos, incluyen a «Belleza Americana» (American Beauty) y «Sólo un sueño» (Revolutionary Road).
«Uno siempre regresa a Fleming porque el personaje que creó a lo largo de varias novelas fue increíblemente complejo», dijo Mendes ayer durante una conferencia de prensa en Estambul, donde se filmó «Skyfall».
«Algunas personas a veces se quedan con el cliché de Bond -el playboy internacional, alguien que siempre está desenfadado, que apenas suda-, y de hecho, lo que Fleming creó fue un personaje con muchos conflictos», dijo Mendes, quien estuvo acompañado por los integrantes del reparto, incluyendo a Daniel Craig, que interpreta a Bond.
Fleming creó un agente secreto que algunas veces estaba frustrado y era ambivalente con su trabajo. Muchas películas de Bond dejaron de lado los demonios internos, mostrando en su lugar un 007 elegante cuyas hazañas eran acentuadas con dispositivos llamativos y efectos especiales.
Mendes agregó que en las más recientes novelas de Fleming, Bond sufría una «combinación de cansancio, aburrimiento, depresión, dificultad con lo que eligió como forma de vida, que es asesinar. Esto lo vuelve un personaje mucho más interesante y se espera que algunas de estas cosas sean exploradas en esta película, porque Daniel es un actor capaz de explorarlas».
Es la tercera ocasión que el actor británico interpreta al espía, después de «007: Quantum» y «Casino Royale».
«Skyfall» se estrenará el 26 de octubre en Gran Bretaña y en otros lugares poco después.