Las misteriosas muertes de millones de murciélagos en Estados Unidos y Canadá en los últimos años fueron causadas por un hongo procedente de Europa, reportaron científicos el lunes.
Los expertos habían sospechado que una especie invasora era la culpable por la mortandad relacionada con el «síndrome de la nariz blanca». Ahora hay evidencia directa de que el culpable no era nativo de Norteamérica.
La enfermedad micótica no ha causado muertes generalizadas entre los murciélagos europeos.
En Estados Unidos y Canadá han fallecido más de 5,7 millones de estos mamíferos voladores desde 2006, cuando se detectó por primera vez el síndrome en los murciélagos de una caverna de las montañas de Adirondack, en Nueva York. La enfermedad no representa una amenaza para los humanos.
No se sabe con precisión por qué el hongo cruzó el Atlántico, pero una posibilidad es que fuera traído accidentalmente por turistas. Se sabe que las esporas se pegan a la ropa, al calzado y a equipo para espeleología.
El síndrome de nariz blanca ha matado a murciélagos en cuatro provincias canadienses y en 19 entidades de Estados Unidos, la mayoría en el noreste y sur del país. La semana pasada, la enfermedad cruzó el río Misisipí hacia el Atlántico, infectando a murciélagos de Misurí.
Ahora que los científicos han detectado el posible origen de la epidemia, ¿qué se puede hacer para proteger a los murciélagos? Ellos desempeñan una función muy importante en la cadena alimenticia, al comer insectos.
«Todavía no hay mucho que podamos hacer más allá de asegurarnos de que no empeoramos las cosas propagando el hongo», dijo el biólogo Craig Willis, de la Universidad de Winnipeg, en Canadá.
Willis y un equipo de científicos de Estados Unidos y Canadá buscaban determinar si el hongo causante del síndrome de nariz blanca era nativo del continente. Para hacerlo, recolectaron 54 murciélagos pardos de una caverna no infectada en Manitoba.
Los murciélagos fueron separados en tres grupos: uno fue infectado con esporas recolectadas de Europa; otro, con esporas de Norteamérica. El tercer grupo no fue infectado. Los investigadores usaron cámaras infrarrojas para vigilar el comportamiento de los murciélagos y el avance de la enfermedad a lo largo de varios meses.
Ambos grupos infectados desarrollaron síntomas, incluido el polvo blanco en la nariz que le da su nombre a la enfermedad y cicatrices en las alas. En comparación con sus pares no infectados, los murciélagos enfermos se despertaban con más frecuencia de su hibernación, lo cual agota sus reservas de grasa y desencadena la muerte.
Como ambos grupos infectados mostraron síntomas graves similares, los científicos concluyeron que el hongo procedía de Europa. Si el patógeno fuera nativo de Norteamérica pero con una mutación que lo hiciera más letal, los científicos hubieran esperado la presencia de síntomas moderados en el grupo infectado con el hongo de Europa.
Los hallazgos fueron reportados en internet por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
El equipo planea repetir el experimento el próximo año con murciélagos europeos y comparar resultados.