Coincidentemente el viernes pasado tuve la oportunidad de encontrarme con un amigo, a quien aprecio mucho y con quien tenía rato de no conversar sobre diversos temas, en especial sobre el origen de su éxito personal, profesional y de trabajo, que muy bien puede definirse como liderazgo efectivo, por la situación de superioridad alcanzada a través del ejercicio de sus actividades. Y es que basta con ver a alguien que se hace rodear de gente capaz y honesta, de quien recibe asistencia, consejo o asesoría, para que paralelamente vaya despertando el sentimiento de confianza y seguridad, tan importante, si no indispensable, para proyectar esa característica ideal a la hora de conducir una empresa, desarrollar un producto o sector determinado, no digamos para dirigir el organismo ejecutivo gubernamental.
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Al principio emplee el término coincidentemente, porque momentos después, tuve la oportunidad de escuchar a cinco aspirantes a la presidencia de nuestro país quienes reiteradamente continúan negándose a revelar los nombres de quienes conformarán su equipo de trabajo. No sé si a propósito o porque no han logrado conjuntarlo. Insistir en la respuesta que no les conviene o que en su momento lo van a develar, resulta estratégicamente erróneo porque nadie se los cree y porque olvidan que el verdadero líder no existe sin contar con el mejor equipo de colaboradores.
Si acaso no he logrado convencer al estimado lector de la verdad que encierra el refrán que utilicé en el titular de este comentario, como de su vital importancia a la hora de escoger al conductor de los destinos del país, creo poder hacerlo cuando pinte al revés la situación, es decir, cuando usted pueda apreciar al cúmulo de “alhajas†que rodean a más de alguno de los aspirantes. ¿No le para el pelo a cualquiera?, ¿no le causa temor y rechazo imaginarse de lo que van a ser capaces de hacer como integrantes del cinturón folclórico y característico de nuestros gobernantes?
De ahí parte la importancia de enterarnos con anticipación quién va a ser, por ejemplo, el Ministro de Gobernación o ¿Usted queda satisfecho con imaginarse que lo más seguro es que van a continuar las mismas condiciones existentes en los tres últimos años, en que los denominadores comunes han sido inexperiencia, incapacidad y hasta ignorancia?; ¿Será posible que la mayoría de ciudadanos a estas alturas del partido podamos inclinarnos a favor de determinado candidato, sin siquiera saber quién va a manejar las finanzas del país, que llevan rato de estar al borde del abismo, por el perpetuo déficit presupuestario, elevadísimos niveles de endeudamiento, como el constante manipuleo politiquero de los recursos públicos?; ¿Qué me dice de no tener idea de quién podrá ser el futuro Ministro de Salud, cuando los hospitales y centros de salud del país siguen caminando por la calle de la amargura?; ¿o vamos a seguir en las mismas?