Hallan una posible pista acerca del Hombre de Pekín


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Las memorias de un exinfante de Marina que combatió en la Segunda Guerra Mundial han resucitado las esperanzas de resolver uno de los mayores misterios arqueológicos: el paradero de los restos fosilizados del Hombre de Pekín, sostienen varios científicos sudafricanos y chinos.

Por ANGUS SHAW JOHANNESBURGO / Agencia AP

En la edición de marzo de la revista científica publicada por la Universidad de Johannesburgo de Witwatersrand, el paleontólogo sudafricano Lee Berger y dos colegas chinos dijeron que los restos fósiles podrían estar enterrados bajo un estacionamiento de la ciudad portuaria china de Qinhuangdao, donde el soldado afirmó haber visto dos cajones con huesos en 1947.

Richard M. Bowen describió lo visto en unas memorias que están siendo recopiladas por su hijo.

Los fósiles, descubiertos hace un siglo, desaparecieron al comienzo de la guerra en el Pacífico camino de su custodia temporal en Estados Unidos.

Lo que Bowen vio en 1947 fueron los restos fósiles en la base estadounidense de Camp Holcomb, dijeron los investigadores.

Bowen dijo a su hijo en 2010 cómo desenterró cajones de madera con reliquias y las usó para fortificar un refugio para ametralladora cuando la base fue atacada por decenas de miles de soldados chinos comunistas. Fue capturado en ese ataque.

La familia del ex combatiente se puso en contacto entonces con la universidad sudafricana, famosa por sus investigaciones arqueológicas, como el descubrimiento de fósiles en la llamada «cuna de la Civilización» en Sudáfrica anteriores al «Homo Erectus» chino.

El exinfante de Marina desea saber si sus recuerdos y los documentos militares que examina su hijo pondrán fin a seis décadas de búsqueda del Hombre de Pekín.

Berger, del Instituto Witwatersrand sobre la Evolución Humana y los autores Wu Liu y Xiujie Wu, del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de Beijing han investigado el relato del soldado y «lo consideran quizá el más creíble de la última visión de esos importantes fósiles», dijo en un comunicado la Universidad de Johannesburgo.

Pese a que se ha realizado una de las búsquedas más intensas en los anales de la arqueología en las últimas seis décadas, incluso con la oferta de recompensas sustanciales, ningún indicio verificable sobre el paradero de los restos había surgido hasta ahora, según una nota de la universidad.

Los científicos visitaron Qinhuangdao, donde Bowen dice haber visto por última vez los cajones, que desde entonces podrían haber sido nuevamente enterrados en lo que es hoy una playa de estacionamiento en una área altamente urbanizada.

«Si estos fueran los fósiles, quizá se hayan perdido para la historia, o quizá sigan enterrados bajo una delgada capa de asfalto en esta ciudad portuaria china», decía el comunicado de la universidad.

Los restos del Hombre de Pekín desaparecieron más o menos al mismo tiempo del ataque japonés contra Pearl Harbor en 1941, incidente que obligó a Estados Unidos a declarar la guerra a Japón.

Cuando las fuerzas japonesas avanzaban hacia la capital china, ahora Beijing, las autoridades decidieron enviar los restos fosilizados a Estados Unidos. Empero, los cajones desaparecieron rumbo a su nuevo destino durante algunas de las batallas navales más encarnizadas de la guerra.