“Si los habitantes de la ciudad son de buenas costumbres, opino que están magníficamente defendidos”.
Plauto
licgla@yahoo.es
No cabe duda que los medios de comunicación tienen una incidencia más que poderosa en las decisiones políticas, y en la percepción que de los diferentes actores nacionales logran crear, el mensaje subliminal que envían es más poderoso que el real, ya que este no existe, para muestra un acontecimiento reciente: El caso del Alcalde de Mixco, quien según sus declaraciones decidió ser transparente, y prefirió aumentarse él y el Concejo el salario, para no caer en la tentación de las famosas comisiones, ya institucionalizadas, que han logrado el desmedro de la obra pública, el mejor ejemplo es el del Alcalde de la Ciudad Capital, quien además de ser alcalde, tiene negocios con la misma Municipalidad utilizando todo tipo de formas para eludir prohibiciones legales, mismas que utilizó siendo presidente, y hasta la fecha nadie se ha rasgado las vestiduras ¿Es temor, o existe un motivo comercial? La paradoja, es que nadie puede hablar de él, y si lo hacen, buenas pinzas utilizan, asimismo nadie exige no solamente conocer, sino que llevar al debate público las famosas leyes de transparencia, que tan necesarias son para que el país cuente con finanzas públicas sanas.
Quiero aclarar que no estoy de acuerdo con que se erosione el patrimonio nacional, pero estoy menos de acuerdo con la alta tasa de corrupción con la que se ha manejado por años la cosa pública. Según publicación de este diario, del 1 de marzo, el Ministro de Finanzas, Pavel Centeno, estimó que entre Q3 y Q4 millardos se pierden en el tema por corrupción. ¿Se ha puesto a pensar que aproximadamente el 7% del total de sus impuestos se diluye en corrupción? ¿Qué prefiere, que un funcionario sea transparente en su gestión, prefiera aumentarse el sueldo y haga un trabajo de calidad, que procure el beneficio de la población, o que se robe más en actos de corrupción, que están a la orden del día?
En lo personal admiro la honestidad del Alcalde de Mixco, y su justificación al aumentarse el salario, y lo que expreso, lo hago en aras de la transparencia, prefiero eso y no que dentro de cuatro años existan más baches en Mixco, sigan las colonias de la periferia sin agua cuatro días a la semana, comprando agua de una empresa que es del mismo alcalde con la ayuda de testaferros, como ha sido la constante en ese y otros municipios. Le cuento, yo vivo en una de las llamadas áreas marginales de la capital, el último recibo de agua que corresponde al mes de marzo lo pagué por Q.1,523.00 y una o dos veces por semana tengo que comprar agua a un camión, con la mala suerte que tengo un depósito de agua, que un mal aprendiz de arquitecto construyó para cuatro toneles, por lo que aunque sea ¼ del tanque que se llene, tengo que pagar el cisterna completo, y regularmente la bomba tiene que estar apagada para economizar agua, sin mencionar otras deficiencias por parte de la municipalidad con la que tenemos que vivir.
No, señores, ya no podemos seguir viviendo con esta doble moral impuesta por la “sociedad” guatemalteca, y los medios de comunicación, que miran la tierra y no ven más que tierra, también existe flora, fauna, y cosas más por las que vale la pena vivir, la hipocresía, y el cortoplacismo nos ganaron, y siguen ganando la carrera, veamos el problema de frente, y aceptemos, que no siendo un país desarrollado nuestra meta es llegar a serlo, pero antes debemos quitarnos la careta, con la que hemos vivido más de 190 años, desde que supuestamente somos independientes (en la práctica nunca lo hemos sido). Dependemos de los países desarrollados, del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, y de todos los acreedores que tenemos, además de quienes se enriquecen de la cosa pública, porque el sistema es muy permisivo, es mejor, que contemos con reglas claras y funcionarios transparentes que hagan un buen trabajo, y no los hipócritas que aparentemente devengan salarios “normales”, por lo que pagan pocos impuestos, y bajo la mesa reciben cualquier cantidad de dinero, ya sea creando sus propias empresas con el apoyo de testaferros, y se autocompren bienes y servicios, de mala calidad y a precios sobrevalorados, o reciban la famosa comisión, por asignar a determinadas empresas la compra de los mismos.
En nuestro macondiano país, la regla es la excepción, y la excepción la regla, todos tratan de llevar agua a su molino, y la corrupción crece a pasos agigantados, y seguirá creciendo, porque esa es una costumbre, demasiado arraigada en nuestra “sociedad, recuerdo muy bien que Vinicio Cerezo mencionaba, que su abuelita le dijo que si llegaba a presidente robara, pero no mucho, él no le hizo caso, naturalmente, y fue la primera gran decepción de nuestra mal llamada democracia, acá el que no roba es tonto, y a esa forma de pensar debemos darle un giro de 180 grados, ya no más doble moral, ya no más corrupción, pero ¿a quién podemos apelar, si el pensar diferente es una tontería? Solamente al buen juicio de Juan y María Pueblo, que deben cerciorarse de la información que reciben, analizarla, y decidir qué es lo que más conviene al país, que al fin y al cabo, ellos son los dueños del mismo, porque se fajan todos los días, no para alimentarse, simplemente para mal comer, ya que alimentarse en el contexto real de la palabra, se encuentra muy lejos del diario vivir del 80% de las familias guatemaltecas. Usted que tiene que medir el agua que consume diariamente, que es acosado por Emetra, Emixtra, o como se llame en su comunidad, que camina en calles llenas de baches, que no sabe si hoy será su último día, dígame, ¿No se encuentra hastiado del sistema en que vivimos? ¿No pide desde lo más profundo de su ser un cambio verdadero? Yo sí, lo confieso, parafraseando a Arjona EL PROBLEMA NO ES LA CORRUPCIÓN, EL PROBLEMA ES QUE LA FOMENTAMOS, EL PROBLEMA NO ES LA NOTICIA, EL PROBLEMA ES COMO SE ENFOCA LA MISMA.