Venezuela, el principal productor de hidrocarburos en Sudamérica, ofreció su petróleo como impulso a la Alternativa Bolivariana de América (ALBA), mecanismo con el cual desea dar un vuelco a los mecanismos de integración basados en los acuerdos comerciales.
La cumbre de Barquisimeto (250 km al suroeste de Caracas) reunió este fin de semana a los presidentes de izquierda radical Evo Morales (Bolivia), Daniel Ortega (Nicaragua) y Hugo Chávez (Venezuela), junto al vicepresidente cubano, Carlos Lage. También asiste como invitado el presidente de Haití, René Preval.
A ellos cuatro, Chávez ofreció garantizar todas sus necesidades de crudo y financiar el 50% de su factura petrolera y aportar 350 millones de dólares para un fondo común.
La oferta consiste en el pago a 90 días del 50% de la factura. El otro 50% se dividiría en un 25% pagadero a 25 años con dos de gracia a una tasa del 2% anual, y otro 25% que la estatal Petróleos de Venezuela colocará en un fondo ALBA para créditos en el mismo país, explicó Chávez en la reunión de ayer.
Venezuela ofrece a Haití 18 mil barriles diarios (b/d) de crudos, a Bolivia 8.300 b/d de diesel, y suministra 92 mil barriles diarios de petróleo a Cuba con facilidades financieras. El presidente venezolano no especificó cuánto sería el volumen destinado a Nicaragua.
La propuesta contempla la creación de empresas mixtas de carácter gubernamental, como las que ya funcionan entre Cuba y Venezuela, para la refinación petrolera.
Además, Venezuela propuso hacer plantas de regasificación en los países del ALBA y Haití como «alternativa al gasoducto», resaltó Chávez, quien también propuso impulsar las energías alternativas como la eólica y la solar.
«No vemos los agrocombustibles como alternativos, sino sólo para limpiar los combustibles. Nos negamos a producir etanol del arroz o el girasol. Habrá que limitarlo mucho», dijo el mandatario venezolano.
El encuentro ha tenido un marcado tinte político, con reiterados llamados contra el capitalismo, el neoliberalismo y el imperialismo de parte de los presidentes.
Los mandatarios destacaron que el ALBA, a diferencia del resto de los mecanismos que funcionan en la región, es un «grupo de unión de naciones más que de intercambio comercial», y subrayaron los lazos de identidad política.
El gran ausente de la cumbre fue el líder cubano Fidel Castro. Chávez anunció que recibió una carta de 9 páginas de Castro, quien convalece desde hace nueve meses de una cirugía.
«Fidel está al mando», dijo Chávez a periodistas antes de la cumbre al presentar la misiva, en la que Castro «me habla de Mao Tse Tung y el proyecto originario de Mao y termina diciendo cómo China, con su estrategia del socialismo de mercado, ha logrado convertirse hoy en una superpotencia y será la gran superpotencia del siglo XXI», detalló el mandatario venezolano.
Los mandatarios acordaron institucionalizar el grupo con un consejo de presidentes, uno de ministros y otro de movimientos sociales.
Los presidentes sostuvieron un conversatorio con un centenar de delegados de movimientos sociales de América Latina, que además suscribieron en el acto de clausura una declaración de apoyo al ALBA.
En ka reunión los mandatarios ratificaron la idea de que el ALBA busca «la unión de los pueblos» por encima de la integración económica a la que acusan de ser una «nueva forma de coloniaje».
Los primeros acuerdos del ALBA se firmaron entre Cuba y Venezuela en diciembre de 2004, pero el grupo se formalizó en abril de 2005. En 2006 se unió Bolivia y en enero de este año adhirió Nicaragua.
Ecuador, que envió a esta cumbre a la canciller María Fernanda Espinosa, estudia la posibilidad de unirse al grupo.
Hasta ahora, el ALBA se ha concretado en convenios bilaterales Venezuela/Cuba y Venezuela/Bolivia.
En la cita, Morales denunció que Estados Unidos negó las visas a una misión boliviana que asistiría a una reunión del Consejo Interamericano de Lucha contra las Drogas.
A su turno, Chávez amenazó con retirar a su país de la Organización de Estados Americanos (OEA) en caso de que ese organismo llegue a condenarlo por su decisión de no renovar la concesión de la televisora privada Radio Caracas Televisión (RCTV).
«Si la OEA, después de todo lo que ocurrió aquí, llega a condenar a Venezuela, pues Venezuela se retirará de la OEA. Cuba se retiró y no se ha muerto», dijo Chávez durante la cumbre.