Grave e ignorada contaminación hídrica


Eduardo_Villatoro

Creo que ya les conté esta anécdota, pero vale la pena repetirla. Cierto sábado estábamos con mi hijo Pablo y mis nietos el Jóse y la Tití sentados en la sala cuando de pronto advertí que mi nuera Valerie cruzó muy de prisa el comedor y entró a la cocina. Tuve la curiosidad de asomarme para ver qué ocurría.

Eduardo Villatoro


En ese momento la esposa de Pablo, educadamente recriminaba a la señorita que preparaba los alimentos por haber dejado abiertos los dos grifos del lavatrastos, diciéndole: “Por gente como usted, que no sabe apreciar el agua, cuando mis hijos crezcan no van tener agua para bañarse”. Cerró las llaves y le explicó sus razones.
 
Me agradó esa actitud porque era muestra que los miembros de mi familia están conscientes de que el agua es un valioso recurso para el desarrollo de la vida por lo que debe dársele el uso razonable, como se lo he venido diciendo a mis hijos, nueras y nietos y cuanta persona está a mi alcance, además de que he publicado numerosos artículos al respecto.

En esta ocasión, con motivo de haberse celebrado el pasado jueves 22 el Día Mundial del Agua, mi joven amigo Exvedi Morales Mérida, ambientalista solitario de Santa Ana Huista, Huehuetenango, quien ha sido intimidado por defender el ambiente de su comunidad, me envió un documento en torno al recurso hídrico, de suerte que resumidamente se los comparto porque es de singular interés.
 
Actualmente el mundo entero sufre escasez de agua a causa de la irresponsabilidad de la mayoría de los habitantes del planeta, que son indiferentes al derroche del líquido en las ciudades y poblados que cuentan con servicio de agua entubada; la destrucción de bosques mediante la tala inmoderada de árboles, con la complicidad de autoridades nacionales y municipales; la contaminación de ríos y lagos, que se han convertido en receptores de drenajes y de desechos de industrias y agroindustrias, y otros factores más que derivan en el cambio climático.
 
En la actualidad, mil millones de personas no tienen acceso al agua potable en el mundo; alrededor de 1.8 millones de niños menores de 5 años mueren cada año a causa de beber agua contaminada, y cerca de 2,600 millones de habitantes del planeta carecen de infraestructura de saneamiento de aguas residuales suficientemente buenas, entre otros alarmantes datos.
 
En lo que atañe a Guatemala, el agua se contamina por la descarga de desechos de casas, fábricas y fincas rurales; por arrastre de heces fecales; por aguas negras; por el uso de ríos y lagos convertidos en botaderos de basura y desagües; de  manera que casi el 100 % de nuestras fuentes hídricas están contaminadas, y de ahí que se debe subrayar que los ecosistemas y los seres humanos dependemos del agua.
   Pero ni autoridades del Ejecutivo, incluyendo al Ministerio de Ambiente, menos los impertérritos diputados toman acciones para enfrentar este grave fenómeno colectivo, y la mayoría de los guatemaltecos ni siquiera tienen conciencia de un futuro desolador que espera a nuestros descendientes.  .
   (Una tarde calurosa, el no vidente Romualdo Tishudo le dice a su amigo que también es ciego: –¡Ojalá lloviera! El aludido repone: –¡Yo también!).