En el marco del Día Mundial del Agua, el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH), señaló que la agricultura genera una presión significativa sobre las masas naturales de agua en Guatemala, ya que el riego representa una disminución de los caudales de los ríos y un descenso de los niveles de las aguas subterráneas.
De acuerdo con un comunicado del INSIVUMEH, a finales del siglo XX se estimaba que el 70 por ciento del agua en el mundo se utilizaba en la agricultura y se prevé que el riego aumente en un 14 por ciento para el año 2030, situación que resalta la relación entre el recurso hídrico y la producción de los alimentos.
La institución, encargada de realizar monitoreos en las cuencas a nivel nacional, mantiene una constante vigilancia del comportamiento del caudal de los ríos; los resultados revelan que emplear grandes volúmenes de agua en la agricultura disminuye los caudales y afecta negativamente a otros usuarios en las cuencas.
En los meses más secos la disponibilidad de agua se reduce en un 5 por ciento, o sea a unos 378 metros cúbicos por persona al año, de los aproximadamente 7 mil a los que debería tener acceso para resolver sus necesidades humanas; la distribución no es regular, por lo que en algunas regiones la sequía es más intensa.
El INSIVUMEH resaltó que es necesario que se preparen estrategias a futuro para asegurar la provisión de alimentos y tomar en cuenta las consecuencias que podría tener para otros sectores.
La Organización Mundial Meteorológica (OMM), en un boletín enmarcado en el Día Mundial del Agua, que se conmemora cada 22 de marzo, enfatizó que los servicios meteorológicos de cada país contribuyen con el análisis de información que permite proteger vidas y medios de subsistencia, fundamentales para el bienestar de la sociedad y del planeta.
La OMM recordó que este viernes 23 de marzo se conmemora el Día Meteorológico Mundial, que en el 2012 pretende abordar las cuestiones relacionadas con los servicios de información sobre el clima y su contribución con la sostenibilidad de los sistemas de producción agrícola.
El suministro de alimentos y de los productos agrícolas debe adaptarse al clima y a la disponibilidad del agua en determinadas regiones; los procesos industriales, las ciudades, el comercio internacional y el turismo, también dependen del manejo y la adecuada administración de los cuerpos de agua en el mundo.
Las actividades humanas influyen cada vez más en el tiempo, el clima y el agua; hoy más que nunca, la humanidad necesita de proyecciones climáticas para planificar el futuro; la población debe ampliar sus conocimientos sobre la manera en la que se desarrollan los fenómenos climáticos para poder gestionar el riesgo y aprovechar los beneficios de un clima cambiante, concluye el comunicado de la OMM.