Millares de personas en China consideran al idioma francés el pasaporte de salida de su país.
Los chinos desesperados por emigrar descubrieron que Canadá abrió una puerta a quienes soliciten ingresar en la provincia francófona de Quebec, pero hay que tener buen nivel de francés.
Así pues, muchos chinos aprenden a hablar francés con carácter intensivo.
A pesar del aumento de la prosperidad e influencia de China, numerosos habitantes buscan a toda prisa las puertas de salida.
Los interesados en emigrar aspiran a mejores perspectivas de educación para sus hijos y a escapar de los problemas que acucian desde hace mucho tiempo a su nación.
Entre estos inconvenientes figuran la contaminacion ambiental y de los alimentos, que representan un peligro para la salud.