Una réplica de la nostálgica mansión del clásico «Lo que el viento se llevó» fue rehabilitada en la capital de Paraguay no para albergar a émulos como Vivien Leigh y Clark Gable, sino como un centro de operaciones políticas del senador Juan Carlos Galaverna, del opositor Partido Colorado que inició su campaña para la reelección.
La Justicia Electoral estableció el 21 de abril de 2013 como el día de las elecciones nacionales para designar nuevos presidente, vicepresidente, 45 senadores, 80 diputados, 18 parlamentarios del Mercosur y 17 gobernadores departamentales.
En una conferencia de prensa, Galaverna, conocido por su sobrenombre Calé, explicó que la casona le fue prestada gratis por Nufro Arias, actual propietario.
«Es una auténtica réplica de la mansión de la célebre película dirigida por Victor Fleming», dijo del clásico de 1939 laureado con ocho premios Oscar más uno honorario por su uso del color.
El político lidera el movimiento interno «Compañeros de Calé».
«La construcción de la casa fue ordenada por su primer dueño, Manuel Battilana, quien en los años 60 viajó a Hollywood y consiguió los planos», explicó.
Battilana, quien ya falleció, fue un millonario paraguayo dedicado a los negocios financieros y en el patio de la casona, ubicada sobre la elegante avenida Mariscal López de Asunción, durante unos 20 años mantuvo dos tigres como mascotas: Yasy y Kuarajhy (en el idioma guaraní Luna y Sol), quienes al morir de vejez fueron embalsamados.
La vivienda de dos pisos se encuentra frente al edificio de la embajada de Estados Unidos.
Galaverna es un verborrágico parlamentario que en 2008 mantuvo un entredicho con el entonces embajador estadounidense, James Cason, a quien había calificado como «embajardocillo de cuarta» por manifestar en un acto público que los colorados, por entonces aún en el poder, debían dedicarse a gobernar y no a distraerse en otros asuntos.
Recordando aquella polémica y como la mansión está cara a cara con la legación norteamericana, Galaverna dijo en tono jocoso que tal vez su comité político podría denominarse «Compañeros de Obama».
El arquitecto Silvio Feliciángeli dijo a la radio Mil, de Asunción, que Battilana le había mostrado los planos de la mansión.
«Me los mostró y lo cuestioné porque tenía líneas coloniales, anacrónicas para los tiempos modernos, pero él insistió en construirla porque al verla en la película quedó impactado», relató. «La obra terminó totalmente en 1969».