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Justo cuando parecía que nadie le hacía sombra al norirlandés de 22 años, Tiger Woods le puso algo de emoción al asunto con un final de birdie-eagle para un 62 —la mejor ronda final en su carrera— con el que se colocó a un impacto del liderato.

McIlroy pudo escuchar el rugido de emoción de los aficionados desde el extremo más alejado del campo PGA National, pero respondió con algo de golf de alto nivel. Hizo un putt de 2,4 metros (ocho pies) para birdie, y luego logró salvar tres veces el par durante una recta final que lucía desalentadora.

Jugó a la segura con una ventaja de dos golpes en el hoyo 18 de par cinco y consiguió el par, con lo que terminó la ronda con 69 golpes, uno abajo del par de campo y con la victoria que necesitaba para reemplazar a Luke Donald en la cima de la clasificación mundial que se publicará el lunes.

«Fue un día duro, especialmente al ver a Tiger atacando», comentó McIlroy. «Sabía que jugando al par probablemente sería suficiente. Lograr un golpe debajo del par en estas condiciones, cuando llegas a la ronda en el liderato, es muy agradable. Y simplemente fui capaz de hacer el trabajo».

McIlroy es el 16to jugador que logra ser el número uno del mundo, y el segundo más joven después de Woods, quien tenía 21 años cuando se colocó primero en el ranking después del Abierto de Estados Unidos de 1997.

Woods logró dos eagles en la última ronda y terminó dos golpes atrás, junto con Tom Gillis, quien consiguió un birdie en el último hoyo para firmar una tarjeta de 69 impactos.

McIlroy, quien terminó con un total de 268, doce bajo par, ganó por quinta ocasión en su carrera. Tres triunfos fueron en la Gira de la PGA, entre ellos su victoria en el Abierto de Estados Unidos el año pasado.

El venezolano Jhonattan Vegas terminó con 288 golpes, ocho sobre par de campo.