Reese Witherspoon tuvo esa conversación con sus hijos. No la de sexo. La de violencia en el hogar.
Como embajadora global por los esfuerzos de Avon para ayudar a víctimas de violencia doméstica, la actriz viajó al área de Washington para hablar en la segunda Conferencia Mundial de Albergues para Mujeres, lo que generó su conversación con Ava, de 12 años, y Deacon, de 8.
Aunque sus hijos quedaron en shock al escuchar cómo una de cada tres mujeres sufre de abuso en Estados Unidos, Witherspoon dijo que era importante que ellos estuvieran conscientes del problema, especialmente su hija.
En un momento en el que los acosadores están respondiendo con violencia, Witherspoon también dijo que los padres deben educarse a sí mismos y a sus hijos sobre las redes de medios sociales y sobre «qué constituye acoso, qué es aceptable y qué no».
La violencia doméstica ha sido tema de muchas canciones, incluyendo «Gunpowder and Lead» de Miranda Lambert, en la que ésta canta sobre querer pegarle un tiro a su esposo abusivo. Witherspoon dice que canciones como esa «crean fantasías de venganza», que calificó como «una parte muy importante de nuestra psicología», pero que no cree que reemplacen la efectividad de hablar en público sobre el problema.
Hablar públicamente «da más fuerza» a las mujeres y las ayuda a sentir que no están solas, apuntó la estrella de filmes como «Legally Blond» y «Walk the Line». Agregó que eso a menudo les da el coraje de acudir a un albergue o tomar medidas legales que podrían salvar sus vidas.