Olmer en la cuerda floja


Celebración. Corea del Norte celebró un aniversario más de su ejército mientras se establecí­an las relaciones diplomáticas con Birmania.

El futuro polí­tico del primer ministro israelí­ Ehud Olmert, implicado en una serie de escándalos, depende más que nunca del informe sobre los errores de la última guerra contra la milicia chiita libanesa Hezbolá que será publicado el lunes.


La gran interrogante es si la comisión a cargo del informe, presidida por el ex juez Eliahu Winograd, recomendará o no la destitución de Olmert y del ministro de Defensa Amir Peretz.

El jueves, Liov Horev, consejero polí­tico de Olmert, dejó entender claramente que el primer ministro renunciarí­a si la comisión le presionaba a ello.

«No hay ninguna duda de que todo lo que recomiende la comisión Winograd que goza de la confianza de la población será aplicado, incluido si hace recomendaciones personales», aseguró Lior Horev a la radio militar.

No obstante, este allegado al primer ministro se mostró optimista.

Como buena parte de los analistas, Horev supone que la comisión emitirá serias crí­ticas sobre la conducción de la guerra contra Hezbolá en Lí­bano a mediados del año pasado, pero que no se pronunciará explí­citamente a favor de la partida de Olmert.

Interrogado por la AFP, el portavoz de la comisión, Eli Shaked, precisó que el informe «incluye conclusiones personales, incluido contra el Primer Ministro». No obstante, rechazó precisar si la comisión tení­a la intención de recomendar la dimisión de Olmert y Peretz.

El informe será publicado en momentos en que Olmert está más debilitado que nunca y bate los récords de impopularidad pese a que hace menos de un año que asumió el poder. Además, está implicado en una serie de escándalos.

El miércoles, el primer ministro sufrió un nuevo golpe cuando el contralor del Estado, Michaí«l Lindenstrauss, encargado de verificar la buena gestión del sector público, recomendó iniciar una investigación policial contra Olmert por tráfico de influencias.

Corresponde ahora al fiscal general, Menahem Mazuz, decidir si da curso a este expediente y a otros dos en los que Olmert está implicado.

Uno se refiere a la venta de un apartamento en Jerusalén y el otro al nombramiento de decenas de sus allegados en empresas públicas.

El fiscal Mazuz ya ordenó el inicio de una investigación contra Olmert por su intervención en la privatización de un banco.

Según un comentarista de la radio militar, los responsables del Kadima, el partido del primer ministro, ya están preparando la época «post Olmert», apostando por la ministra de Relaciones Exteriores, Tzipi Livni.

Livni tiene la ventaja de ser muy popular según los sondeos y deberí­a salir libre de polvo y paja luego del informe Winograd sobre la guerra.

En las últimas semanas, Olmert destacó varias veces que Tzipi Livni apoyó la guerra en Lí­bano y debí­a asumir la responsabilidad colectiva del gobierno.

En varias ocasiones, el primer ministro ha tratado de restar importancia al fracaso de la guerra, si bien admitió que hubo «problemas».

Hasta ahora y adelantándose a las conclusiones de la comisión, el jefe del Estado Mayor, el general Dan Halutz, es el único que dimitió a mediados de enero.

Hezbolá coloca vallas

La milicia chiita libanesa Hezbolá instaló el jueves cerca de la frontera con Israel un gran cartel con fotos de los dos soldados israelí­es cuya captura en julio pasado provocó la ofensiva militar de Israel contra Lí­bano.

Las fotos de los soldados Ehud Goldwasser y Eldad Reguev, tomadas antes de su captura y ya difundidas por Israel, los muestran vestidos de civil.

Fueron colocadas sobre una pancarta negra de tres metros de largo por cinco de ancho en las inmediaciones de la localidad fronteriza de Aita ech Chaab, donde los militares fueron hechos prisioneros.