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El público se quedó varado en los aeropuertos y en las estaciones ferroviarias de Calcuta, la capital del estado de Bengala Occidental en la India, mientras que los taxis y otros vehículos no prestaban servicio.

Once centrales sindicales de todo el país participaron en la convocatoria de huelga en protesta por la inflación galopante.

Gurudas Dasgupta, líder de la Confederación Congreso de toda la India, afirmó que aproximadamente 5 mil sindicatos de varios sectores participaron en la paralización.

Los sindicatos también protestan por la política del gobierno de vender acciones en las empresas de propiedad estatal y la falta de seguridad social para los trabajadores que no pertenecen a sindicatos.

El efecto de la huelga en Nueva Delhi y en Mumbai fue mínima. Los bancos y las oficinas de seguros estuvieron cerrados pero los autobuses y taxis circulaban por las calles y los establecimientos estaban abiertos normalmente.

Los sindicatos rechazaron una petición de la semana pasada hecha por el gobierno para suspender la huelga. El ministro del Trabajo Mallikarjun Kharge había ofrecido discutir las demandas hechas desde hace tiempo por parte de los trabajadores con los representantes del sindicato.

«Necesitamos la cooperación de los sindicatos para resolver los problemas de los trabajadores. No tiene sentido una huelga nacional mientras genere una gran pérdida al erario público», dijo Kharge el lunes, en un llamado de último minuto a los sindicatos.

Los sindicatos siguieron adelante con sus planes de detener el trabajo del día, sin hacer caso a la petición del gobierno.

Ellos demandan una enmienda de las leyes del salario mínimo para que se mantenga acorde al ritmo de la inflación, pensiones para todos los trabajadores y registro de los sindicatos en diferentes sectores de la economía.

La tasa de inflación en la India ha estado por arriba de 9% durante la mayor parte de los dos años pasado, aunque llegó a 7,5% en diciembre.