En El Tigre sobresalen el ámbito, los personajes y el estilo. Se trata de un ámbito bien delimitado: el de las plantaciones cafetaleras de la bocacosta guatemalteca. Un fragmento geográfico, del cual se vale el autor para ofrecer una visión general del trópico, plasmado en la obra como realidad exuberante y arrolladora, bajo cuyo impulso sucumbe la refinada cultura de Luis y se exacerban los apetitos bestiales de Fernando.
Para captar y expresar esta visión del trópico, Flavio Herrera emplea un estilo ágil, dinámico y preciosista. Este tratamiento esteticista de la realidad debilita el relato y hace que, a ratos, resulten más atractivas las palabras por sí mismas, por su valor ornamental, que la realidad cuya existencia se busca plasmar.
Hay en el habla de El Tigre pulcritud formal; sentido rítmico; sugestión incitante; rico mundo de imágenes. Es prosa burilada con esmero, fruto del influjo modernista. El coloquio de los personajes, por su parte, recoge las formas populares del hablar guatemalteco.
Los personajes aparecen fuertemente singularizados, a manera de representar en ellos diversos estratos sociales y culturales, así como los frutos de la herencia biológica. Luis aparece como el hombre de ciudad que no logra entender las reglas del juego que se siguen en aquella realidad pintada por Flavio Herrera como borrascosa y salvaje. Fernando, en cambio, linda entre lo humano y lo animal. Unos personajes se acercan más a la postura idealizante de Luis; otros están más del primitivismo de Fernando.
Desde el punto de vista del lector, El Tigre es un relato organizado en estampas cuya interconexión debe establecer aquél. La estructura de la obra, pues, otorga una importante participación del lector.
Vista en el proceso evolutivo de la novela guatemalteca, El Tigre significa un hito fundamental, en cuanto introduce decididamente las tendencias novelísticas del criollismo.
En efecto, esta novela contiene la mayoría de elementos definitorios del llamado “relato criollista”; temática nativa, choque entre civilización y barbarie; estilo popular preciosista; presencia importante de la lengua popular. Falta, sí, la vigorosa denuncia social que se advierte en los relatos de Gallegos, Ciro Alegría y otros representativos de este tipo de novela. Además, hay en El Tigre la preocupación constante por el mundo interior de los personajes; indecisión de Luis, las vacilaciones de Margarita, las confesiones del Chato Ortiz. Aquí, Herrera se aparta también de la tendencia común del relato criollista que da mayor importancia al ambiente y a la conducta exterior del personaje.
No falta en El Tigre la presencia indígena. Es rasgo, también, propio de la novela criollista. Flavio Herrera no ofrece el enfoque sociológico ni psicológico del indio. más bien parecen sugestionarle la prestancia mágica de sus costumbres, el misterio de su secular mutismo y –a ratos- el doloroso sesgo trágico de su existencia.
La lectura de esta novela resulta, pues, fundamental para el conocimiento y exploración de la literatura guatemalteca.
Francisco Albizúrez Palma, prólogo
Editorial Universitaria y Diario La Hora sorterán cinco libros de la novela El Tigre. Únicamente, debe enviar una comunicación escrita a Diario La Hora, a sus oficinas (9ª. calle “A” 1-56 zona 1), o al correo electrónico lahora@lahora.com.gt, identificando su mensaje o carta como “PROMOCIÓN EL TIGRE”. Incluya sus datos personales, como nombre, identificación y teléfono. Se recibirán datos hasta el jueves 8 de marzo, y se anunciarán a los ganadores el 10 de marzo en este mismo espacio.
Asimismo, se comunica que los ganadores de la novela “Las pupilas de Ópalo” de César Brañas, son: Luis Felipe Sáenz Juárez, Juan Carlos Zebadúa Salazar, Jody Estefany Janet García López, Elder Exvedi Morales Mérida y José Belarmino Aguirre Montes de Oca, por lo que les rogamos que pasen a recoger su libro a las oficinas de La Hora, a partir del próximo lunes en horarios de oficina.