Hace treinta años muchos padres de familia preguntaban mi opinión acerca de la conveniencia de inscribir a sus hijos menores de cuatro años en un “Day care†o en un “Nursery†(no existían tantos como hoy en día). Sin esperar un segundo mi respuesta fue que sería mucho mejor que los niños estuvieran con sus madres todo el día y que los padres se incorporaran a la interrelación, al final del día o temprano en la noche.
Es increíble pero cierto, que en ese entonces la sociedad iniciaba el cambio que tenemos hoy, una cantidad de instituciones educativas dedicadas a la enseñanza académica desde muy temprana edad. Hay razones múltiples, sin embargo las dos mayores son, una, que las madres de todo nivel socioeconómico, están trabajando y la otra es que parece ser que la vida social de las madres es más importante que “lidiar†con los niños. La tendencia cada vez más grande es que los niños deben tener una estimulación sensorial que los conduzca a la lectura y al manejo de la computadora antes de los cuatro años de edad. Además está la creencia de que hay que medir a los niños por medio de exámenes estandarizados a una temprana edad. La Academia Americana de Pediatras dice que es mucho mejor proveer a los niños de uno o dos años de edad, con juegos no estructurados que ayudarán a los niños a pensar creativamente, resolver problemas, desarrollar el razonamiento y las habilidades motoras a una edad temprana.
La Doctora Kathy Hirsh-Pasek, Psicóloga de la Universidad de Temple en Philadelphia, Estados Unidos, concluyó que el “juego es una actividad natural que hacen los animales y los humanos también, sin embargo, de alguna manera hemos sacado de la vida de los niños esa actividadâ€. Los científicos, psicólogos y educadores, dicen que la mayoría de las habilidades intelectuales y sociales que una persona necesita para lograr el éxito en su vida y en su trabajo, son desarrolladas en los niños por medio del juego. Eso significa que los niños tienen que iniciar y dirigir ellos mismos las actividades o los juegos. Tan importante es la atención a los niños desde la concepción (-9 meses) hasta los cuatro años de edad, que UNICEF, PLAN INTERNACIONAL, OEI (Organización de Estados Iberoamericanos), en un esfuerzo conjunto, realizaron la “Jornada centroamericana de infanciaâ€, los días 12, 13 y 14 de octubre.
No menciono los nombres de los expertos extranjeros que vinieron por temor a dejar a alguien fuera; profesionales todos, investigadores con grandes conocimientos sobre la infancia. Las conferencias tuvieron un enfoque de derechos de los niños en la primera infancia. Mi comentario al respecto es que en esas edades los niños dependen de uno o varios adultos y ¿será que los adultos conocen su obligación de proveer experiencias ricas para la cabeza, el corazón y el cuerpo de los niños? Si no las conocen ¿cómo puede asegurarse que los infantes gocen de esos derechos proclamados por todas las instituciones que trabajan a ese nivel? El énfasis mayor de las presentaciones fueron las Neurociencias. El enfoque es que los maestros tienen que saber qué son, cómo funcionan y cuál es la mejor manera de aplicarlas en los infantes. En Guatemala hay dos obstáculos para lograrlo; uno, es que no se cumple con la Constitución de la República ni con la Ley de Educación que dicen que el primer nivel de educación es el “inicial†y dos, que hay muy pocos maestros preparados académicamente para atender a niños en ese nivel. Por ejemplo, todos sabemos que los niños desde el útero, necesitan estímulos porque ya están aprendiendo y después del nacimiento necesitan estímulos físico-emocionales especialmente el calor y amor humano y el movimiento de todo su cuerpo. Además de la mujer como primera maestra de sus hijos, es necesario que el hombre y la comunidad también participen en este proceso, desde el inicio, para asegurar un principio con equidad. Hace varios años escribí un artículo titulado “La lectura inicia en úteroâ€. Mantengo la urgencia de cumplir este concepto. Es obligación de los adultos proveer las experiencias ricas en este sentido. Hay dos factores que afectan la realización de esa obligación. El primero es que alrededor del 50% de las “familias†está desintegrado y el segundo es que la pobreza que también está presente en la mitad de la población, juega un papel desastroso al principio de la vida de los infantes. Ha sido y sigue publicándose que el 49.3% o más ahora, de los niños menores de cinco años sufren desnutrición. El Estado de Guatemala es garante de la educación inicial, con mayor énfasis en las edades de 0 a 3. ¿Qué significa eso? 1. Cumplir las leyes ya establecidas pero ignoradas. 2. Tener una visión a largo plazo sobre la importancia de ese nivel y por lo tanto proveer el financiamiento económico suficiente para realizar con Excel-encia el “desarrollo integral de la niñez. 3. Construir una guía para los maestros de cómo permitir a los niños intercambiar y socializar con otros niños. 4. De nuevo, para lograr lo anterior, es necesario generalizar las oportunidades de una educación de excelencia en la preparación docente. 5. Nunca olvidar la interculturalidad y la diversidad existentes en Guatemala. Agradezco a las instituciones mencionadas, su aporte a la profesionalización de las personas que trabajan o que tienen injerencia en la educación de la infancia, de -9 a 4 años de edad. ¡Muchas gracias por la oportunidad!