En Las Vegas, capital mundial de las uniones veloces y del juego, los candidatos al matrimonio se colocarán en largas filas el sábado, esperando que la fecha 7 de julio de 2007 (7/07/07), que se cree traiga suerte, les asegure la felicidad conyugal «para siempre».
Desafiando temperaturas por encima de los 40 grados centígrados, típicas de esta estación en el corazón del desierto de Nevada (oeste), las parejas acudirán a una de las cuarenta capillas de la ciudad o a una de las múltiples salas dedicadas a las bodas en los hoteles-casino.
«Desde hace 49 años estoy en este trabajo y jamás habíamos tenido tanto trabajo. Es nuestro momento mágico, histérico, histórico de amor», afirma Charlotte Richards, propietaria de la «Little White Chapel» (Pequeña Capilla Blanca) instalada en el famoso «Strip», el gran bulevar de Las Vegas bordeado de palmeras y de casinos gigantes.
Unas 3.000 parejas han solicitado casarse el sábado en el condado de Clark del que Las Vegas es capital, para felicidad de una ciudad que vive por y para el dinero y que recibe unos 38 millones de visitantes al año.
El hotel Mandalay Bay, en el sur del «Strip», prevé un programa especial llamado «777 Beach Extravaganza», una ceremonia en su playa artificial, un aperitivo con champaña, un concierto, una recepción con abundantes bebidas, una foto de recuerdo y una cesta con comidas finas. Todo eso por 1.777 dólares.
La afluencia sin precedentes para el sábado también ha llevado a numerosos hoteles y capillas a alargar sus horarios de trabajo.
Solo en el Venetian, que calca el estilo veneciano, se prevén 77 matrimonios, tres veces más que en un sábado normal.
En el vecino Paris-Las Vegas, uno de los más nuevos edificios del «Strip», la capilla estará abarrotada con 35 matrimonios en fila. El hotel organizará un matrimonio conjunto de 14 parejas en una sala de conferencias.
En el Flamingo, como en el Venetian, están programadas 77 bodas, distribuidas en siete capillas de este casino histórico de la ciudad del pecado.
«Queremos que las parejas sean aún más felices en el matrimonio», afirma Kris Labuda, gerente de la capilla instalada en el jardín del Flamingo. «Esta fecha (7/07/07) representa la suerte y va a cambiar la vida a mucha gente», indica.
En las capillas conocidas por sus matrimonios a la carta donde el único límite es la imaginación de los clientes y el grosor de su cartera, la jornada del sábado tendrá un ritmo infernal: más de 100 parejas desfilarán por la «Chapel of the Flowers».
Y en la «Little White Chapel» serán… 460.
«No podemos tomar más reservaciones, pero aceptaremos a las personas sin cita, en la medida en que podamos», señala Charlotte Richards.
Virginia Valdez, de 57 años, aprovechó la ocasión del 7 de julio para darle el «sí» a Stanley, su novio desde hace 10 años. «Ha sido simpático, sobretodo con toda la histeria alrededor de esta fecha», explica esta californiana: «cuando vaya a trabajar el lunes, a todo el mundo le agradará».