«70 dí­as en el infierno de la mina», un libro sobre las mujeres de «los 33»


El rescate de 33 mineros ha sido motivo para la publicación de un libro. FOTO LA HORA: ARCHIVO

Hermanas, madres, esposas, amantes… las mujeres de los 33 mineros atrapados durante 70 dí­as a 600 metros de profundidad en una mina del desierto de Atacama, norte de Chile, estuvieron «unidas por la fe» porque tení­an claro que «la mina es su alimento pero también su peor enemiga».


«Ellas sentí­an que tení­an que creer para que ellos salieran. Ellas eran las que desde arriba les daban fuerza a los hombres», aseguró ayer la periodista franco-chilena Cristina L»Homme, en ví­speras de la salida a la venta en Francia de su libro titulado «70 dí­as en el infierno de la mina».

A través del testimonio casi diario de la argentina Mónica Araya, esposa de Florencio Avalos, de la boliviana Verónica Quispe, esposa de Carlos Mamani, y de la chilena Martiza Segovia, hija de Ví­ctor Segovia, Cristina L»Homme quiso poner en evidencia la cotidianidad de las mujeres del «Campamento Esperanza».

El horror que sienten la madrugada del 5 de agosto cuando se enteran de un grave derrumbe ocurrido en la mina de cobre y oro de San Esteban deja paso al dí­a a dí­a de la espera, la incertidumbre, la tristeza y la valentí­a de seguir adelante hasta el «milagro» de la vuelta a la luz, el 13 de octubre en medio de un «verdadero show mediático».

«Querí­a contar lo que no se contó. La vida cotidiana de estas mujeres en su casa, en la mina (…) Porque es un homenaje a ellas», explicó la autora del libro que en principio no saldrá en castellano pues «hay muchí­simas» publicaciones previstas.

Admite que hubo una «fuerte mediatización pero sin esa mediatización no los habrí­an rescatado». No obstante critica el «uso que el gobierno chileno hizo de los medios de comunicación para hacerse su propio show» y el «protagonismo» que en todo momento quiso tener el presidente chileno Sebastián Piñera.

Y así­ cuenta que el 22 de agosto, «se sabí­a desde las 6 de la mañana que los 33 estaban vivos, pero hubo que esperar a que él (el presidente) lo anunciara a los medios a las tres de la tarde».

La presión de los medios sobre las mujeres de los mineros no fue menor.

«Filman todo: cuando piensas que puedes llorar tranquila, de pronto ves una cámara filmándote», dice Maritza, la hija de Ví­ctor, que escribió una suerte de diario desde el fondo de la mina que según Cristina L»Homme será una «promesa literaria».

Las condiciones de seguridad en la mina donde ya se habí­an producido dos accidentes serios, la llegada de las primeras cartas, de artistas y futbolistas, de costosa maquinaria y de la cápsula «Fénix» que los rescatará, pero también de quienes quieren sacar tajada de la ayuda que llega para las familias, forman parte de esta reflexión a cuatro voces.

Periodista para el diario francés Liberación y para el sitio internet independiente «Rue89», Cristina L»Homme menciona algunos «ejemplos perversos» sobre el aprovechamiento comercial de la tragedia, como una gran marca deportiva que mandó zapatillas de regalo a los mineros pidiéndoles que se las calzaran antes de filmarse.

Cristina L»Homme no se quedó hasta el dí­a del rescate por «respeto hacia ellas». Casi dos meses después de aquel dí­a le preocupa el futuro de los 33 y de sus familias porque «pensaron que iban a ser estrellas a largo plazo y el dinero ya está causando problemas. El grupo se está desarmando», dice.

«Me preocupa su devenir mental. Esto no se acaba ahora. Aunque ahora ya no hay medios de comunicación delante y ya no hay promesas», advierte antes de reivindicar «el gran valor humano» que contienen «las pequeñas historias» de estas mujeres pues «para ellas no fue un espectáculo sino parte de su vida».