40 años del asesinato de RFK


Imagen del 23 de febrero de 1961, cuando el entonces presidente John F. Kennedy (I), su hermano Robert (D), y Edgar Hoover (C), director del FBI, en una reunión en la Oficina Oval de la Casa Blanca.

El 5 de junio de 1968, Robert F. Kennedy, hermano del asesinado presidente estadounidense John F. Kennedy (1961-1963), acababa de triunfar en la primaria demócrata de California cuando fue asesinado por un fanático palestino en un hotel de lujo de Los Angeles.


Imagen del 8 de junio de hace 40 años, durante el funeral de Robert F. Kennedy, asesinado cuando recién habí­a conseguido la nominación demócrata para la presidencia de Estados Unidos.

El asesinato de «RFK», menos de cinco años después del de su hermano mayor, sumergió a Estados Unidos en un profundo estado de shock en momentos en que los golpes llegaban uno tras otro.

Primero fue la ofensiva general del «Tet» llevada a cabo a fines de enero por la guerrilla del vietcong contra las fuerzas estadounidenses y el gobierno de Saigón, en el entonces Vietnam del Sur, derrota militar para los insurgentes que se transformó en un triunfo clave en la guerra por la opinión pública y arrojó dudas sobre la presidencia del demócrata Lyndon Johnson (1963-1969).

Luego, el 4 de abril, el pastor negro Martin Luther King, el apóstol de la acción sin violencia y la figura central de la lucha contra la segregación racial, fue asesinado en Memphis.

Los motines violentos que siguieron el crimen asolaron las grandes ciudades y dejaron más de 20 muertos. Los campus universitarios estaban en ebullición.

Contrario a la escalada de la guerra impulsada por Johnson, Robert Kennedy rompió con el sucesor de su hermano y en 1964 dejó el cargo de ministro de Justicia, que ocupaba desde 1961, para hacerse elegir senador por Nueva York.

Sobre una plataforma resueltamente antiguerra, «Bobby» entró tarde en la carrera presidencial de 1968 e igual se las ingenió para pelear la nominación al vicepresidente Herbert Humphrey, respaldado por Johnson.

En la tarde de la primaria de California, «RFK» contaba con 393 delegados con vistas a la convención demócrata, Humphrey 561 y Eugene McCarthy, otro candidato antiguerra, 258.

Pero los disparos de Sirhan Sirhan pusieron término al sueño de Kennedy, que tení­a sólo 42 años, de suceder a su hermano. Herido por varias balas, una de ellas en la cabeza, el senador y padre de 10 niños (su mujer Ethel estaba embarazada del 11), falleció en un hospital de Los Angeles un dí­a más tarde.

La foto de un joven ayudante de cocina sosteniendo la cabeza del candidato, acostado con los brazos en cruz en la cocina del hotel Ambassador, dio la vuelta al mundo. Su autor, Boris Yaro de Los Angeles Times, relató los hechos en ese diario, en 1998.

«Me helé. «No», me dije. «No otra vez. No otro Kennedy»», dijo Yaro, quien vertió «lágrimas calientes de cólera» sobre lo que consideró el fin de una época.

Cuarenta años más tarde, el asesinato de Robert Kennedy fue torpemente mencionado a fines de mayo por Hillary Clinton para justificar su permanencia en la puja demócrata frente a Barack Obama, en lo que se interpretó como un temor de ver al ahora virtual candidato negro ví­ctima de un atentado.

Obama, que recibió a principios de febrero el apoyo de Ethel Kennedy, de 80 años, es protegido al igual que los demás candidatos por el servicio secreto, el cuerpo de seguridad que vela por el presidente de Estados Unidos, que desde el crimen de RFK también se ocupa de los pretendientes a la Casa Blanca.

Sirhan, un palestino de confesión cristiana y de 24 años en 1968, dijo en su juicio que querí­a matar a Kennedy debido a su posición favorable a Israel durante la Guerra de los Seis dí­as, en 1967.

Fue condenado a muerte, pero la pena fue conmutada por prisión perpetua en 1972. Sigue encarcelado en la prisión de Corcoran, California, y su 13a petición de libertad condicional le fue denegada en 2006.

A pesar de una campaña que buscaba la conservación del edificio, el hotel Ambassador fue destruido en 2005-2006 para dejar lugar a un complejo escolar.

Semilla


Caroline Kennedy, la hija del presidente asesinado John Kennedy, forma parte de un trí­o encargado de ayudar a Barack Obama a elegir su compañero de fórmula para las elecciones presidenciales de Estados Unidos, indicó el portavoz del candidato demócrata.

Confirmando una información de prensa, el portavoz Bill Burton indicó que «Obama está feliz de tener tres personalidades talentosas y dedicadas para llevar a cabo un riguroso proceso» para designar un candidato a la vicepresidencia.

Obama «va a trabajar en estrecha colaboración con ellos, pero a fin de cuentas la decisión será suya y sólo suya», añadió Burton.

Kennedy buscará un vicepresidente en compañí­a de un ex responsable del ministerio de Justicia durante la presidencia de Bill Clinton, Eric Holder, y de James Johnson, un veterano en el ejercicio de esta tarea.

Johnson participó en la selección de Geraldine Ferraro para Walter Mondale en 1984 y de John Edwards para John Kerry en 2004.