Presidido por el general Otto Pérez Molina, asume el próximo año, el nuevo gobierno que sucede al ingeniero ílvaro Colom Caballeros, cuya gestión no logró hacer realidad los ofrecimientos de campaña, a excepción de los programas sociales que tantas dudas de transparencia tuvieron, ya que se convirtieron en un arma de clientelismo político que tampoco hicieron prosperar a los pobres ni sacó de la pobreza extrema a quienes fueron beneficiados.
íngel Cuéllar Morales
Hay que educar, enseñar a trabajar, incentivar el ahorro y disfrutar de los beneficios que eso trae. La ayuda no sólo debe ser de entregar una bolsa de productos básicos, sino de enseñar a vivir mejor.
El nuevo gobierno que asumirá en enero 2012, debe trabajar con diligencia para alcanzar metas en el menor tiempo posible, en seguridad, salud y educación.
La seguridad es vital para la vida y desarrollo de los guatemaltecos, es asunto que debe enfrentarse con «mano dura», no hay alternativa. Basta de romanticismos, es necesario un castigo ejemplar para el que delinque o seguiremos en una escalada de crímenes ante una sociedad permisiva. No es posible continuar con el horror en que mueren tantos guatemaltecos.
Educación, es vital para el desarrollo de la persona, la calidad debe prevalecer. No debe aceptarse que un sujeto paralice el período escolar por meses, olvidando la vocación y el deber del maestro de enseñar. Por supuesto que deben proporcionarse los medios para elevar el nivel educativo. Cuántos jóvenes se gradúan de maestros, bachilleres o Perito Contador y no saben nada. Son promovidos de manera irresponsable porque así lo decide el gobierno incapaz de resolver los problemas que aquejan el ramo de educación.
Salud, quedó probado que para el actual gobierno que está por terminar, no fue prioridad. Es urgente una reingeniería del sistema de salud. Los hospitales no cuentan con equipos ni medicamentos. Una cirugía mayor en los mismos es un atentado.
Muy gratuita puede ser la atención de salud y educación, pero sin resultados positivos equivale a una gran pérdida para el país y una decepción para la población.
De qué sirve colocar la primera piedra para construir una escuela, o un hospital, sí las construcciones no se terminan y los que inauguran a medias, no reúnen lo necesario para su funcionamiento.
Hay que combatir el robo, inculcar la honradez. Escuchaba de una salubrista decir, que no podrán atender la consulta externa porque únicamente contaban con diez jeringas. Yo les pregunto, ¿Quién se las lleva? No es un secreto que aparatos y medicinas desaparecen de los centros de salud, esto debe ser castigado no con traslados de un trabajo a otro como es costumbre en el Estado, sino con la denuncia y el despido inmediato, porque le están robando al pueblo.