1 de Mayo


Nuevamente el calendario señaló en el sábado recién pasado el dí­a 1 de Mayo. Esta vez, salvo los que tienen una jornada de cinco y medio dí­as de trabajo semanal y algunas excepciones que tienen establecido compensar los dí­as feriados que caen en dí­as inhábiles, no fue un dí­a de asueto, ni de descanso, coincidiendo de cierta forma con la escasa trascendencia que en Guatemala tiene el movimiento laboral organizado y la polí­tica laboral del Gobierno que prácticamente ha sido inocua en relación a defender y buscar el progreso de los trabajadores en el paí­s.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Serí­a interesante que los reporteros de los medios sociales le preguntaran al Ministro cuáles son los progresos, cuáles son los beneficios, las prestaciones que durante su gestión ha propuesto y cuáles de esas se han materializado en normas legalmente vigentes.

 

También serí­a procedente plantear a los escasos lí­deres sindicales que nos dijeran cuáles son sus logros y sus planteamientos. Salvo rarí­simas personas, el movimiento sindical carece de acciones, de lí­deres y de resultados.

 

Por qué en Guatemala a pesar del permanente aumento de la canasta básica alimenticia, de la desvalorización y pérdida del poder adquisitivo del quetzal, los salarios, las prestaciones, las bonificaciones que perciben los asalariados permanecen sin avances, sin cambios. Qué es lo que se necesita para que en nuestro paí­s existan balances sociales o es que realmente ni el Gobierno, ni el sector empresarial organizado tienen conciencia de justicia social.

 

Qué distinto es comparar y ver la actividad que en Europa, Estados Unidos, Canadá, Brasil, Chile, Argentina, Perú, Bolivia, Uruguay y tantos otros paí­ses, se percibe por parte del movimiento laboral, de los gobiernos, de los partidos polí­ticos y de los diputados.

 

Será que en Guatemala tendrí­a que haber un terremoto para producirse un shock que obligue al Gobierno y a los empleadores a darle el beneficio material, el apoyo, el respeto y el lugar que los trabajadores y sus familias merecen o estamos esperando que violentamente se rompa la «calma chicha» o simplemente es que la válvula de escape para los trabajadores más activos ha sido la inmigración.

 

Como no soy sociólogo, ni me encuentro ya en el dí­a a dí­a involucrado en la actividad económica de la que me alejé como empresario, como miembro de diferentes juntas directivas, es posible que no me percate que están surgiendo personas parecidas a Juan Francisco Alfaro Mijangos, ya no digamos parecidas a los lí­deres sindicales de la Revolución del 44.

 

Quién de los 158 diputados puede decir que es parte y representa al movimiento laboral, qué propuestas han hecho y ante todo qué logros han materializado las señoras y señores padres de la patria para los trabajadores.

 

Anticipándome a la pregunta o crí­tica de qué he hecho al respecto, señalo que como diputado conjuntamente con Juan Francisco Alfaro planteamos y logramos modificar positivamente el Código de Trabajo; planteé y logré la unificación salarial a favor de los trabajadores del sector público, en el Ejecutivo fuimos ponentes cuatro años de los reajustes de salario mí­nimo, firmando dos de los acuerdos que elevaron los mismos; propusimos y logramos aumentar la bonificación salarial de Q50.00 a Q250.00.

 

En todo caso, esperemos que el próximo 1 de Mayo el actual Gobierno, su Ministro de Trabajo y los 158 diputados al Congreso puedan señalar, adjudicarse y publicar numerosos beneficios para los trabajadores y así­ exista un motivo por el cual celebrar que los trabajadores en Guatemala ya no están olvidados, en la pobreza o peor aún, en la miseria.